En América Latina , los casos de Guatemala y Argentina son lo más golpeados por el fenómeno de la desaparición forzada debido a la complementación de esta práctica como una política propia de las dictaduras que prevalecieron en el continente durante el siglo XX.

 

Durante el conflicto  Armado Interno en Guatemala, la desaparición forzada fue ejecutada con firmes políticos para desaparecer a las personas que se opusieran al gobierno de turno.

 

De esa forma miles de estudiantes, universitarios y líderes campesinos se convirtieron en objeto en objetivo primordial de la represión estatal.

 

También sindicados cuya dirigencia fue afectada se sumaban a las víctimas diarias de desaparición forzada.

 

Catedráticos universitarios, escritores, periodistas y líderes políticos desaparecían día a día en la ciudad capital, sin que hasta el día de hoy, sus familias tengan una respuesta del estado sobre el paradero de sus familiares.

Qué es la Desaparición Forzada

Se considera Desaparición Forzada la privación de la libertad a una o mas personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes. La anterior definición la provee la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas y es de las definiciones más completas pues no solamente agentes del Estado son responsables de cometer desaparición forzada, sino que también las personas particulares.

En América Latina , los casos de Guatemala y Argentina son lo más golpeados por el fenómeno de la desaparición forzada debido a la complementación de esta  práctica como una política propia de las dictaduras que prevalecieron en el continente durante el siglo XX.

 

Durante el conflicto  Armado Interno en Guatemala, la desaparición forzada fue ejecutada con firmes políticos para desaparecer a las personas que se opusieran al gobierno de turno.

 

De esa forma miles de estudiantes, universitarios y líderes campesinos se convirtieron en objeto en objetivo primordial de la represión estatal.

 

También sindicados cuya dirigencia fue afectada se sumaban a las víctimas diarias de desaparición forzada.

 

Catedráticos universitarios, escritores, periodistas y líderes políticos desaparecían día a día en la ciudad capital, sin que hasta el día de hoy, sus familias tengan una respuesta del estado sobre el paradero de sus familiares.

La comisión de Esclarecimiento histórico (CEGH) dio a conocer que en total las víctimas del conflicto sumaban unas 200,000 personas, incluyendo 45,000 desaparecidos. A pesar que la desaparición forzada fue una constante del Conflicto Armado Interno, la década de los 80. E la que marca la irrupción de este fenómeno en Guatemala.

Para finales de los años 70 e inicios de los 80 la represión se agudiza en el páis y los gobiernos militares de turno implementan la desaparición forzada como método disuasivo a quienes se oponían al régimen militar y a quienes participaban en las organizaciones subversivas de la época.

Fueron los gobiernos de Romeo Lucas García, Efraín Ríos Montt y Oscar Humberto Mejía Víctores los que mayor cantidad de desapariciones forzadas produjeron en el país. La práctica sistemática se torna más evidente cuando su objetivo era desmantelar cualquier forma de organización que perjudicara o se opusiera al gobierno de turno. La cantidad de desapariciones en Guatemala motiva el surgimiento del Grupo de Apoyo Mutuo, pues se convierte en la única expresión de “Apoyo Mutuo” de miles de personas que buscan dar con el paradero de sus familiares en el marco de la guerra interna que vivía el país en ese momento . Para la década de 1980 pocas familias habían podido librarse de ser víctimas de Desaparición Forzada.

 

En la mayoría de núcleos familiares, la Desaparición Forzada de un Familiar era una constante y el poder militar el responsable de la mayoría de estos actos.